El cambio más visible fue el de las tres banderas que se usaban en la ceremonia del saludo todas las maña- nas. Una de las banderas alemanas fue reemplazada por un lienzo rojo con una svástica negra sobre un cam- po redondo blanco. Algún tiempo después, la bandera alemana original fue totalmente eliminada y dos svásticas flanquearon al águila mexicana.

Junto al retrato de Hindenburg en la Dirección y en la Secretaría del Colegio, apareció el retrato de Adolf Hitler. Se organizó una rama de la Hitlerjugend, a la que pertenecían gran parte de los alumnos alemanes. Llevaban uniformes con pantalón corto y un brazalete en el brazo izquierdo con la svástica; se saludaban con el saludo hitlerista. Causaban la admiración y envidia de los demás.

 

[...] En las ceremonias oficiales del colegio se cantaban ahora tres himnos. Los que eran miembros de la Hitlerjugend mantenían el brazo derecho levantado [...]. Los demás, entre ellos nosotros los mexicanos, sólo teníamos que levantar el brazo cuando cantábamos «Die Fahne hoch». Después del primer verso comenzáb- amos a usar la mano izquierda para apoyar el codo del brazo derecho, o a levantar el iz quierdo... una es- pecie de inocente protesta. Era el inicio de una época muy especial.